Quise formarme en el campo de la Psicología, porque siento que todos en algún momento necesitamos ser escuchados, necesitamos una persona que a través de su conocimiento pueda guiarnos y ayudarnos en algunos procesos de nuestra vida cuando solos ya no podemos.
Mi historia en el área clínica …
Desde el 2014 al presente me he desempeñado en diferentes cargos dentro del Hospital Clínico San Pablo de Coquimbo. En primera instancia ingresé al área de Pediatría, cumpliendo funciones en UCI, Neonatología y Maternidad. Esa fue mi entrada oficial al mundo de la salud, y me encantó. Atendí a niños y niñas hospitalizados, y a sus padres, quienes en su mayoría estaban afrontando una situación difícil asociada a un problema de salud de sus hijos, y en ocasiones el proceso de muerte.
Acompañando personas en proceso fin de vida…
En 2015, comencé a trabajar con un equipo clínico en la Unidad de Cuidados Paliativos, del mismo hospital, brindando atención a personas con cáncer en etapa avanzada y sus familias, guiándolos desde el diagnóstico de la enfermedad, pasando por el tratamiento paliativo, hasta su proceso de muerte y después en el acompañamiento del duelo de su familia y cuidadores. Además, de realizar diversas capacitaciones en el tema a varios grupos de funcionarios del hospital.
Ese mismo año, me solicitaron apoyo para formar parte de la Unidad de Acogida al Duelo y de la Unidad de Procuramiento de Órganos y Tejidos. En la primera; se entregaba apoyo especializado a familiares y equipos de salud en situaciones difíciles asociadas a pérdidas y muerte en el hospital, y en la de Procuramiento, cuando había un proceso de donación, brindado atención a las familias de quienes fallecieron y al equipo tratante.
Marcó un antes y un después en mi vida…
El trabajo con personas en su etapa de fin de vida marcó un antes y un después en mi forma de percibir mi experiencia vital. Las personas en etapa final darían lo que sea por poder caminar, bañarse, tomar agua, reír… Además, logré resignificar la muerte, como una experiencia espiritual. Ese proceso fue intenso para mí, por los aprendizajes que me dejó. Conocí almas muy bonitas, algunas de ellas no las volví a ver en forma humana, pero están presentes cada vez que me sitúo frente a otra persona que necesita de mis cuidados
Trabajando con la donación de órganos y tejidos…
En el 2019 acepté el desafío y me cambié a la Unidad de Procuramiento de Órganos y Tejidos, lugar donde me desempeño actualmente. Tengo varias funciones: brindar atención psicológica a familiares de posibles y potenciales donantes de órganos durante todo el proceso, capacitar y asesorar a los equipos de salud en el abordaje familiar con enfoque humanizado en el proceso de donación (comunicación de malas noticias en salud, comunicación de donación, manejo de situaciones difíciles).
Este rol ha significado para mí…
El fortalecimiento de mis habilidades comunicacionales, he adquirido mayor confianza en mis conocimientos y me he motivado a adquirir nuevas herramientas eficaces para el trabajo con las situaciones de crisis. Me motiva pensar que, a pesar de trabajar en permanente contacto con la perdida y el sufrimiento, mi trabajo tiene consecuencias positivas, al acompañar a esas familias para que puedan a afrontar sus procesos. Me llena pensar que gracias a la generosidad de un donante y la aceptación de su familia, hasta 9 personas tendrán una oportunidad para. Todo esto me motivó a promover la participación de familiares de donantes en la región, con quienes nos reunimos frecuentemente y hacemos varias actividades. Considero que ellos tienen un rol importante como agentes de cambio social en relación al tema de la donación.
2020 y el Covid-19…
Debido a la pandemia, me solicitaron apoyar en la atención a pacientes afectados por COVID-19 y a sus familiares en la Unidad de Paciente Crítico Adulto (UCI). Nunca había estado en una situación tan extrema: acompañar a personas que no pueden hablar ni moverse, en ocasiones ayudarlos a despedirse a través de un video llamada, atender a sus familias por teléfono y presencialmente, contenerlos cuando fallecen las personas, en otras ocasiones acompañar al médico a informar la muerte. En medio de esto, me tocó ver a mis compañeros del equipo de salud llorar de pena y frustración, pero también acompañarles. Esto sumado al temor inicial de contagiarme o contagiar a otros. El equipo humano lo ha hecho excelente. Ha sido un trabajo multidisciplinario maravilloso, un crecimiento personal y profesional.
Hoy….
La pandemia aún no ha terminado, y por eso sigo apoyando a las personas que se enfrentan en la UCI, junto a mi trabajo en donación de órganos y tejidos.
Este año, comencé a realizar un posgrado para especializarme como “Psico–intensivista”, es decir, Psicóloga Clínica, pero experta en los cuidados del paciente crítico, su familia y el equipo de salud. Es una especialidad que no existe en Chile, por lo cual tomé un programa impartido desde la Universidad de Alcalá, España.
Siempre he pensado que el mayor aprendizaje lo entrega el contacto con las personas, sin embargo me ha gustado mucho volver a estudiar y aún más, profundizar conocimientos en el campo que me desempeño y me apasiona
Siento…
Que poco a poco, he ido creciendo en conocimientos específicos, y sobre todo, en mi calidad humana para trabajar con situaciones difíciles y ayudar a otros a tener nuevas miradas en la adversidad. Lo que más rescato de mi última experiencia es que en situaciones difíciles en salud no es válido decir “lo siento, ya no tenemos más que hacer por él/ella”, porque siempre queda algo por hacer: dar calidad de muerte a una persona, para que ella y su familia logre integrar la experiencia y que viva su proceso de duelo en tranquilidad.
Paralelo a mi trabajo en el hospital, llevo 5 años atendiendo en consulta particular, acompañando personas que atraviesan por ejemplo; procesos de duelo y crisis complejas, que han sufrido accidentes violentos, trastornos de ansiedad generalizada, depresión, estrés postraumático, etc.
Me gustaría seguir desarrollándome e incorporar otros campos que tengan relación con el abordaje de situaciones difíciles, entregando herramientas a equipos humanos que trabajan en crisis: bomberos, rescatistas, policías, equipos clínicos, etc., pero también desde un rol transformador, aportando por medio de servicios de capacitación y relatoría. Mi objetivo es transformarme en una profesional referente en el tema, con un sello distintivo, siendo cercana tanto para quienes trabajar en el área de la salud y otros campos como para el público general.
catalina@psicologiacompartida.com
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